El amor no es algo natural. Es algo humano y, por definición, lo más humano, es decir, una creación, algo que nosotros hemos hecho y que no se da en la naturaleza. Algo que hemos hecho y que hacemos todos los días y todos los días deshacemos.
La relación con el paisaje se convierte en un camino de revelación. La realidad exterior es una proyección de losprocesos mentales que se generan en nuestro interior. Colores y formas son los protagonistas de un juego de belleza y transformación continuo, en el que nuestra mente se adentra y vive una experiencia estética y psicológica.
En la naturaleza viva rara vez existen aristas y ángulos agudos, y cuando se dan es el interior protegido de anteriores blandos, ningún ser vivo tiene aristas más que en dientes, uñas y caparazones.
“El artista creó un universo de formas, de estructuras en continua mutación, que conformaron un lenguaje articulado en torno a la idea de metamorfosis de la naturaleza y de la vida, donde se mezcla emoción e intensidad, aventura y búsqueda del conocimiento.”
Del plano a la profundidad. A propósito de Palazuelo. Santiago Martinez Sáiz “El dibujo como gérmen del pansamiento arquitectónico. (2-12-2010)
Las imágenes, los objetos y los escenarios, se convierten en sedimentos de la memoria vital a modo de retazos de un lugar imaginario. Hay en el tratamiento de esta singular visión, un constante ejercicio de mutación, de renovación o de reconstrucción. El ser humano en continua circulación, se pone de manifiesto, donde el paisaje es captado desde una mirada “fotográfica”. Pienso que seguimos partiendo de la contemplación de la naturaleza, cuando ya hace ya tiempo deberíamos partir de la contemplación del artificio, por ello se pretende crear una serie de piedras de papel (previamente tomadas de unas instantáneas de rocas y posteriormente con formas poliédricas llevar esas imágenes en tres dimensiones al paisaje y generar diálogos con los elementos naturales).
“El paisaje es el espacio que un hombre describe a otros hombres”
Marc Augé
Regresar al entorno natural, situarme en él, tomar conciencia de sus dimensiones a través de diferentes intervenciones, me convierte en espectadora de la propia naturaleza. Una espectadora que, sin lugar a dudas, tras todo lo expuesto en el presente trabajo dicho, ha de implicarse en la interpretación de lo que se le ofrece para educar su propia mirada, pues no olvidemos que estamos sufriendo cambios irrevocables en percepción sensitiva del mundo como consecuencia de los cambios sociales, económicos y culturales que las TIC han provocado. Así, deducimos, como Baudrillard apunta, que “la era de la simulación se abre con la liquidación de todos los referentes. No trata de una imitación ni de una reiteración, sino de una suplantación de lo real por los signos de lo real, es decir, una operación de disuasión de todo proceso real por su doble operativo; un devenir permanente y extensional de materia o su manifestación más radicalmente representada”